Spotify se encuentra en un momento decisivo en su relación con la música generada por inteligencia artificial. En septiembre de 2025, la plataforma lanzó una serie de actualizaciones destinadas a combatir el contenido musical automatizado de baja calidad, conocido como spam sonoro, y a prohibir de forma más estricta el uso de voces clonadas sin autorización. Al mismo tiempo, impulsa una mayor transparencia creativa mediante etiquetas y créditos obligatorios cuando se empleen herramientas de IA en la producción musical.
Según cifras compartidas por la propia empresa, en los últimos 12 meses se han eliminado más de 75 millones de pistas identificadas como spam, muchas de ellas creadas mediante algoritmos generativos con el único fin de explotar el modelo de reparto de regalías.
¿Por qué actúa Spotify ahora?
La oleada de contenido automatizado
El auge de las plataformas de IA musical ha facilitado la creación masiva de piezas ultracortas, loops instrumentales repetitivos o versiones duplicadas. Estas estrategias buscan aprovechar una regla clave del sistema de regalías: una reproducción se considera válida tras 30 segundos de escucha. Aunque Spotify asegura que esto no ha mermado los ingresos de los artistas humanos, sí ha generado desconfianza en la calidad del catálogo y en la autenticidad del contenido.
El riesgo de las imitaciones vocales
Clonar la voz de un intérprete sin su consentimiento no solo viola sus derechos de imagen y propiedad intelectual, sino que distorsiona la experiencia del oyente. Por eso, la plataforma está endureciendo su política contra la suplantación artística y acelerando la eliminación de este tipo de material.
Medidas concretas anunciadas por Spotify
- Filtro antispam inteligente: Un nuevo algoritmo identifica patrones de subida masiva y reduce la visibilidad de pistas sospechosas en recomendaciones y búsquedas.
- Declaración obligatoria del uso de IA: Mediante los estándares DDEX, los creadores deberán incluir en los metadatos información sobre el grado de participación de la inteligencia artificial en la composición, producción o interpretación.
- Tolerancia cero con deepfakes no autorizados: Cualquier intento de imitar a un artista sin permiso será considerado una violación grave y resultará en la eliminación inmediata del contenido.
Precedente: el caso Boomy (2023)
En 2023, Spotify retiró miles de canciones de la plataforma Boomy tras detectar prácticas de streaming fraudulento, como el uso de bots para generar reproducciones falsas. Este episodio marcó el inicio de una supervisión más rigurosa sobre el abuso de tecnologías automatizadas en la distribución musical.
Impacto en creadores, sellos y distribuidores
- Artistas que usan IA de forma ética: Podrán seguir experimentando, siempre que sean claros en los créditos y respeten los derechos de terceros. Spotify enfatiza que no busca frenar la innovación, sino proteger la confianza del ecosistema musical.
- Sellos y gestores de catálogo: La adopción de metadatos estandarizados (DDEX) facilitará la gestión de derechos y la trazabilidad del proceso creativo.
- Creadores de contenido engañoso: Corren alto riesgo de ver sus canciones eliminadas y podrían enfrentar acciones legales por usurpación de identidad artística.
Consejos prácticos si produces con inteligencia artificial
- Sé transparente en los metadatos: Incluye información clara sobre qué partes de la obra fueron generadas o asistidas por IA. Esto evita rechazos y fortalece tu credibilidad.
- Evita clonar voces sin permiso: Usa voces sintéticas originales o con licencia explícita. La suplantación es una infracción grave que Spotify está priorizando erradicar.
- Calidad antes que cantidad: El nuevo sistema penaliza las subidas masivas de contenido genérico. Apuesta por la originalidad, la producción cuidada y la narrativa sonora.
- Revisa tus estrategias de distribución: Cualquier práctica que simule escuchas artificiales —como en el caso de Boomy— puede llevar a la eliminación total de tu catálogo.
Hacia un ecosistema musical más responsable
La irrupción de la música generada por IA en plataformas como Spotify exige un nuevo equilibrio: fomentar la creatividad tecnológica sin sacrificar la autenticidad ni la calidad. Si eres productor, sé claro, ético y meticuloso. Si gestionas catálogos, alinea tus metadatos con los estándares del sector. Y si eres oyente, prepárate para disfrutar de un ecosistema más limpio, confiable y respetuoso con los creadores reales.